¿Es necesario lavar frutas y verduras antes de consumirlas? Una guía completa para proteger nuestra salud

El consumo de frutas y verduras es fundamental para llevar una dieta saludable y equilibrada. Sin embargo, muchas veces surge la duda de si es necesario lavar estos alimentos antes de comerlos, incluso cuando se van a pelar o cocinar. ¿Es realmente importante? ¿Qué riesgos implica no hacerlo? En este artículo, analizaremos en profundidad las recomendaciones de expertos en nutrición y tecnología alimentaria, detallando cómo y por qué debemos higienizar las frutas y verduras antes de incluirlas en nuestra dieta.

La importancia de lavar frutas y verduras

Beatriz Robles, nutricionista y licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, enfatiza que es fundamental lavar todas las frutas y verduras antes de consumirlas, independientemente de si las vamos a comer con o sin piel, crudas o cocidas. “Siempre deben lavarse bajo un chorro de agua fría”, señala. Aunque pueda parecer innecesario si planeamos pelarlas o cocinarlas, Robles asegura que el lavado elimina microorganismos, suciedad y posibles restos de productos químicos que puedan estar presentes en la superficie de los alimentos.

Luis Riera, tecnólogo alimentario, coincide en la importancia de esta práctica, especialmente cuando se trata de alimentos que se consumirán en crudo. “El lavado es la única manera de reducir la carga microbiana en la superficie de las frutas y verduras, minimizando los riesgos para la salud”, explica. En los casos en que los alimentos se vayan a cocinar, el lavado no solo ayuda a eliminar restos visibles como tierra o residuos orgánicos, sino que también contribuye a mejorar la calidad higiénica del producto, aunque el calor de la cocción elimine los microorganismos.


¿Qué riesgos implica no lavar las frutas y verduras?

El principal peligro de no lavar frutas y verduras radica en la posible presencia de microorganismos patógenos, como bacterias (Salmonella, E. coli), virus (como norovirus) o parásitos (Giardia, Toxoplasma gondii). Estos organismos pueden causar enfermedades gastrointestinales que varían en severidad, desde molestias leves hasta complicaciones graves, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como mujeres embarazadas, niños pequeños o ancianos.

Además de los microorganismos, muchas frutas y verduras pueden contener residuos de pesticidas y otros productos fitosanitarios usados en su cultivo. Aunque estos suelen estar presentes en cantidades permitidas por la legislación, el lavado adecuado puede reducir su presencia en los alimentos y, con ello, la exposición a estos compuestos químicos.


Cómo lavar correctamente frutas y verduras

  1. Lavar bajo el grifo con agua fría: Este es el método básico recomendado para eliminar suciedad visible y microorganismos superficiales. Se debe realizar con cuidado, asegurándose de que todas las partes del alimento entren en contacto con el agua.
  2. Desinfección opcional: En el caso de frutas y verduras que se consumirán crudas y con piel, Robles recomienda sumergirlas en una solución desinfectante. Una opción común y segura es usar lejía apta para uso alimentario, disponible en supermercados. El procedimiento consiste en mezclar una cucharadita (4,5 ml) de lejía con 3 litros de agua y dejar los alimentos sumergidos durante 5 minutos.
  3. Enjuague posterior: Después de la desinfección, es fundamental enjuagar bien los alimentos bajo el grifo para eliminar los restos de lejía u otros productos desinfectantes. Esto asegura que los alimentos sean seguros y agradables al paladar.
  4. Secado: Secar las frutas y verduras, especialmente las hojas verdes, es clave para evitar la proliferación de microorganismos en ambientes húmedos. Para ello, se puede utilizar una centrifugadora de ensaladas o simplemente un paño limpio.

¿Es mejor lavar las frutas antes o después de pelarlas?

Según Riera, lo ideal es lavar las frutas antes de pelarlas. Este hábito previene que posibles contaminantes de la superficie se transfieran al interior del alimento durante el proceso de pelado. Por ejemplo, al cortar una manzana o un melón, si no se ha lavado previamente, es probable que la cuchilla del cuchillo arrastre microorganismos desde la piel hasta la pulpa.

En el caso de frutas o verduras que se compran ya listas para el consumo, como las ensaladas empaquetadas o frutas cortadas, Riera explica que no es necesario lavarlas nuevamente si el etiquetado indica que ya están limpias y desinfectadas. Sin embargo, es crucial conservar este tipo de productos en refrigeración para evitar la proliferación de microorganismos.


Frutas con piel: ¿consumirlas o no?

La decisión de consumir frutas con piel depende de varios factores, incluyendo las preferencias personales, las características de la fruta y los beneficios nutricionales que aporta la piel. Robles destaca que la mayoría de las frutas pueden comerse con piel, siempre y cuando estén bien lavadas y desinfectadas. “La piel de frutas como la manzana o la pera es rica en fibra, vitaminas y antioxidantes, por lo que consumirla puede aumentar el valor nutricional del alimento”, afirma.

No obstante, existen casos en los que consumir la piel puede ser menos conveniente. Por ejemplo, la piel de frutas como el melón o la naranja suele ser demasiado dura y carece de un sabor agradable, por lo que se suele descartar. Además, para personas que tienen problemas digestivos o que simplemente prefieren la textura de las frutas sin piel, pelarlas puede ser una opción válida siempre que se laven previamente.


¿Qué pasa con las verduras de hoja verde?

Las verduras de hoja verde, como lechugas, espinacas y acelgas, requieren un cuidado especial al ser lavadas, ya que sus superficies pueden acumular más suciedad y microorganismos. Riera recomienda separar las hojas y lavarlas individualmente bajo el grifo para asegurarse de eliminar cualquier resto de tierra o contaminante. Una vez lavadas, se pueden desinfectar sumergiéndolas en la solución de agua y lejía mencionada anteriormente, y luego centrifugarlas para eliminar el exceso de agua.


Mitos comunes sobre el lavado de frutas y verduras

  1. Usar jabón para lavar frutas y verduras: Aunque algunas personas creen que usar jabón o detergentes puede ser más efectivo para limpiar los alimentos, los expertos desaconsejan esta práctica. Estos productos no están diseñados para el consumo humano y pueden dejar residuos químicos en los alimentos.
  2. Remojarlas en agua durante largos períodos: Si bien el remojo breve con desinfectantes es útil, dejar frutas y verduras en agua durante mucho tiempo puede fomentar la proliferación de microorganismos en lugar de reducirla.
  3. No lavar alimentos orgánicos: Aunque los productos orgánicos suelen tener menos residuos de pesticidas, todavía pueden contener suciedad y microorganismos del campo, por lo que también deben lavarse.
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